lunes, enero 26, 2009

Joakín Bello reaparece con sus mágicos conciertos


-Transcripción del reportaje publicado en el diario El Mercurio, el 25 de enero de 2009-

Entrevista al gran y singular músico chileno que vive y crea a orillas del Puclaro.

En un particular estudio de grabación, compone y da conciertos hoy Joakín Bello. Alejado de la publicidad, rompe el silencio con Artes y Letras y nos cuenta sobre sus notables últimas obras.


Al bajar hacia Vicuña, junto al imponente lago Puclaro y sus orillas despobladas, un colorido letrero anuncia un concierto de Joakín Bello. Se divisa una singular y pequeña construcción de madera con vidrios, como un escenario a orillas del lago. Viajaremos al día siguiente, desde La Serena, para este esperado encuentro musical con este gran y original músico, formado en el famoso Conservatorio Tchaikovsky de Moscú.

Cae la tarde y el paisaje de las montañas sobre el lago es sobrecogedor. El público, dateado, va llegando ávido. Tenemos el privilegio de ser sólo 40 personas y no 800, según se acostumbra: el concierto se hará entonces dentro de su estudio de grabación, literalmente al borde del Puclaro y con una impactante acústica.

Recital de privilegio

Se pide ingresar sin zapatos. En el piso inferior vive Bello: minutos después de las 8 de la noche, desde el suelo se levanta una puerta y emerge el músico con su imponente metro 90. Hay más de 60 instrumentos étnicos, clásicos y electrónicos que cuelgan y se distribuyen en el estudio de grabación, varios de los cuales usará en su envolvente concierto, en el que van apareciendo citas a clásicos como Bach, musicalizaciones de poemas con voces de la Mistral y Neruda, composiciones suyas con música mística y hasta algunas que emulan el agua y el famoso viento del Puclaro (paraíso de surfistas).

Ciclos con poetas

Por algo el Dalai Lama lo llamó a musicalizar, y varias otras figuras espirituales y músicos han trabajado con él. Y como se escribió en Estados Unidos, donde vivió y tenía su estudio: es uno de los músicos contemporáneos más sólidos y prolíficos. Autor de cientos de composiciones, cuenta que "al pensar en lo que me espera sólo para grabar, me agobio y me exalto. Tengo ciclos de canciones completas con poetas inspiradores para musicalizar: Huidobro, sor Juana Inés de la Cruz, García Lorca, Ibáñez-Langlois, Vallejo.También hay canciones con letras mías y música de maestros como Rachmaninov, Liszt, Bach, Chopin. Esta es una de las razones por las que me he retirado aquí y he armado mi estudio de grabación", nos va detallando este descendiente de don Andrés Bello.

Su sueño en el lago

-¿Por qué escogió este preciso lugar casi encima del lago?

"Fue un sueño por más de 20 años: soñaba que vivía y daba mis conciertos junto a un lago en el Elqui. Vine y recorrí los lagos. Compré un campo en el cerro Mamalluca y di unos conciertos ahí. Pero al poco tiempo comenzó a llenarse el embalse Puclaro: cabalgué y di con el sueño. Cuando firmé las escrituras, pasé la noche ahí, y mientras observaba sus aguas, se distinguía con nitidez un gran planeta: era Marte, cuando estuvo más cerca (14 de noviembre del 2003).

-¿Cómo proyectó este sorprendente estudio?

"Con un maestro comencé los trabajos a pulso. Sé donde está cada tornillo y soldadura. Todo lo diseñé en función de la música: acústica, polifuncionalismo. El techo, por ejemplo, se puede abrir para poder observar por las noches este maravilloso cielo mientras compongo, practico con mis instrumentos, o grabo algún disco. El estar sobre el agua le da una especial profundidad y reverberación al sonido. Y aquí están, además, los cuatro elementos de la naturaleza con toda su fuerza en equilibrio: la tierra (montañas), el agua (lago), el fuego (sol), y el aire; claves en mi delicado trabajo de compositor y letrista".

Crear a partir del Elqui

-Usted ha dicho que crea como la Mistral: a partir del Elqui.

"Elqui es mi tierra. Y desde hace miles de años estaba este lago, pero era natural y con abundancia de agua, araucarias y variedad de animales. Se hablaba el quechua original, casi todos los nombres lo demuestran: Elqui, Cochiguaz. Mi relación con Elqui marca mi oficio. 'El lago ascendido' es una composición que hice en homenaje al Puclaro (al antiguo y actual). Me encanta interpretarlo, especialmente cuando, al soplar mi ocarina y escuchar su sonido vibrante y prístino, me transporta al tiempo antiguo".

-¿Revivió ese instrumento, como muchos otros?

"Sí, y está hecha con tierra elquina cocida al horno. La tengo hace cerca de 30 años y la cuido mucho, pues es muy frágil y única. Me acompaña en grabaciones y conciertos por el mundo. Su afinación es muy expresiva y variable de acuerdo a la posición de los dedos sobre los orificios y la intensidad con que se sopla. Es un prodigio acústico; siendo tan pequeña, se escucha de un cerro a otro".

-Su último trabajo es sobre las zambas de Elqui.

"Le tomé la palabra a Gabriela Mistral, quien intuía que la zamba era originaria de aquí. Compuse mi primera zamba a los 16 años, hoy tengo un centenar. La primera, curiosamente, me la grabaron en 1974 en Moscú, cuando tenía 20 años, mientras estudiaba en el Conservatorio Tchaikovsky. La 'Zamba del Elqui' es parecida y diferente a la tucumana o salteña. La temática versa sobre la vida en el campo, los tiempos antiguos en el Elqui, el misticismo. Es una zamba mas 'académica' y libre en su estructura y armonías. Con Cecilia Frigerio la hemos presentado en Chile y Argentina".

Música con grandes

-Otra de sus recientes y singuarles musicalizaciones es sobre los poemas de don Andrés Bello, su pariente.

"Grabé 'Bellísimo' con poemas escritos por él. Me valí del cuatro (pequeña guitarra venezolana) y del polo margariteño con su armonía tradicional. El virtuosismo y 'tumbao' de Jorge Ball, integrante de Inti Illimani, en el cuatro fue esencial. Y la gran Cecilia Frigerio interpretó la mitad de las canciones. Quedamos felices con el resultado: espero grabar el segundo volumen este año".

-También musicalizó a Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de León y San Juan de la Cruz...

"La poesía me acompaña desde niño. Y el CD 'De amores luminosos' es con poesía de Teresa de Ávila, Juan de la Cruz y Fray Luis de León. Fue muy especial musicalizar a estos tres gigantes de la era de oro de la poesía cristiana en la España del 1500. Me lo encargaron en Estados Unidos (el sello PolyGram) y lo grabamos en las montañas más altas de Puerto Rico. Ahí, en Jajome, convertimos una casa en estudio de grabación con el sonidista Juan Pablo Quezada. Apenas se lanzó el disco fue muy requerido por sacerdotes y monjas, como el obispo de Chiapas".

A plena selva

-Para otras de sus obras se internó en la selva peruana.

"Sí, creé la composición 'Ayahuasca'. Estuvimos con nativos, dos expertos chamanes y un famoso músico, el etnoinvestigador peruano Tito La Rosa, quien contribuía al ritual con un set de instrumentos precolombinos que interpretaba. Alcancé a grabar una sesión a selva abierta, antes que mi DAT se estropeara por la humedad. Luego, en mi laboratorio musical fui editando y complementando con mis teclados y otros instrumentos el material original, y compuse música adicional. Fue complicado afinar mis instrumentos a la pentatónica ancestral del canto chamánico e instrumentos precolombinos".

-¿Rescató instrumentos en extinción, según acostumbra?

"El etnoinvestigador me regaló una quena pentatónica de fémur de cóndor y réplicas fieles de vasijas silbadoras incaicas.".

-Y para varias otras de sus interpretaciones recurre a su "violectra"...

"Mi violectra me la regaló un alumno de violín en Nueva York. La mandó a hacer a un luthier famoso (T. Barret), cerca de Woodstock, arriba de Nueva York por el Hudson, con instrucciones específicas para que se adaptara a la técnica que enseño y practico. Desde que la tengo, rara vez he vuelto al violín y a la viola. Me encantan sus infinitas posibilidades sonoras y no necesito amplificarla: gran ventaja para mis conciertos al aire libre".

Conciertos

Lugar: en Isla Puclaro, km 48 de la Ruta 41

Fechas: sábados de enero y febrero.

Horario: 20:00 horas. ( islapuclaro@gmail.com)

Vallejo, la Mistral, Neruda y los poetas místicos del XVI son claves en su obra.

Juan Pablo González:

"Un músico sin fronteras"

"El concepto 'new age' de los años 80 le queda chico a Joakín Bello, no es justo -nos afirma el doctor en Musicología de la PUC, Juan Pablo González. Bello lo supera. Es un muy buen músico, multi-instrumentista y muy original. Ha sabido fusionar e integrar distintos instrumentos de una manera propia. Es un músico más universal, que mira al Oriente y al Este, y que desde ahí instala lo chileno y lo latinoamericano. Podría ser definido como un músico planetario, sin fronteras".

Y sobre todo -nos destaca el estudioso- "Joakín Bello ha sabido construir un espacio propio, un nicho, fuera de las tendencias de la música clásica o contemporánea. Él transita por encima de todo".

González lo conoció hace años en California, "cuando me tocó ir a sus conciertos. Con su excelente formación, él tiene la capacidad de montar, solo, un concierto con muchos sonidos de una gran versatilidad. Al regresar a Chile, retomó las tradiciones locales, pero desde una perspectiva universal. También trabaja los sonidos de la naturaleza, con la idea de que la naturaleza hace música".


Cecilia Valdés Urrutia.

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